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La situación es muy preocupante, la crisis del sector ha inflado con activos inmobiliarios los balances las entidades financieras. Uno de esos activos son los suelos que se han adjudicado estas entidades como consecuencia de los procesos de dación en pago, es decir, la cancelación de deuda por activos de los promotores que no han podido atender el pago de la deuda.

Las cajas disponen de 23.000 millones de euros en solares. Los bancos se encuentran en una situación algo mejor ya que han acumulado unos 10.000 millones de euros.

La pérdida de valor de estos activos junto con la presión del Banco de España para que se deshagan cuanto antes de este lastre está metiendo presión a la banca. Según los datos publicados por Fomento, durante el 2010 se vendieron 23,7 millones de metros cuadrados, lo que representa el 23,5% menos que en el 2009. El importe de estas transacciones se redujo el 53,2%

Con estos ritmos de venta las entidades tardarían varios años en desprenderse de su cartera de solares y con la incertidumbre del precio, que no deja de caer.

Ante esta situación, las entidades están cerrando acuerdos con ciertas promotoras (aquellas que tienen algo de solvencia) para poner en marcha sus suelos. Se trata de acuerdos donde la entidad financiera se pone de acuerdo con un gestor inmobiliario para reactivar los terrenos adjudicados. Los promotores saben que no van obtener financiación para operaciones nuevas y por otro lado las entidades financieras saben que necesitan a los profesionales de la promoción inmobiliaria, ya que no se trata solo de construir, sino de gestionar todo el proceso (proyecto, licencias, comercialización, entrega y postventa)

La formula es sencilla; las entidades financieras mantienen la propiedad del suelo y auditan el proyecto, los promotores se ocupan de todo el desarrollo inmobiliario y a cambio se les adjudican un determinado número de viviendas que posteriormente sacan al mercado.

El acuerdo es un win-win, todos salen ganando, las entidades financieras transforman en vivienda un suelo atascado que no tiene salida y por lo tanto le dan liquidez al activo, ya que una vivienda es mucho fácil de colocar que todo un suelo, y los promotores ponen en marcha su estructura y obtienen liquidez al colocar las viviendas adjudicadas.

El resultado de estas alianzas es producto fresco en el mercado que poco a poco irá fijando el precio de los activos tanto de las viviendas como de los suelos. Lamentablemente el proceso es largo pero por algo se empieza.